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Aroa Pérez


         Poema: "El humano que se te parece"               

  Llegué y llamé a tu puerta

Llegué y toqué tu corazón

con el fin de obtener un lecho para descansar

y un escaño al lado del buen fuego bienhechore

¿por qué me rechazas?

Ábreme, hermano mío!

.

¿Por qué preguntarme

a mi si soy de África

si me crié en América

si provengo de Asia

o si nací en Europa?

¡Ábreme, hermano mío!

.

¿Por qué preguntarme

por el largo de mi nariz

el espesor de mi boca

el colorido de mi piel

o el nombre de mis dioses?

Ábreme, hermano mío!

.

Ni soy color negro

ni soy pintura roja

ni pigmento amarillo

ni coloración blanca

sino sólo un hombre

Ábreme, hermano mío!

.

Ábreme tu puerta

descorre tu corazón

porque soy un hombre

el hombre de todos los nacimientos

el hombre de todos los firmamentos

¡Ese hombre que es tu semejanza!

 

 

 

 

 

 


  

Tu amigo es:

El que siendo leal y sincero te comprende.

El que te acepta como eres y tiene fe en ti.

El que sin envidia reconoce tus valores,
te estimula y elogia sin adularte.

El que te ayuda desinteresadamente
y no abusa de tu bondad.

El que con sabios consejos te ayuda
a construir y pulir tu personalidad.

El que goza con las alegrías
que llegan a tu corazón.

El que sin penetrar en tu intimidad,
trata de conocer tu dificultad para ayudarte.

El que sin herirte te aclara
lo que entendiste mal o te saca del error.

El que levanta tu ánimo cuando estás caído.

El que con cuidados y atenciones
quiere menguar el dolor de tu enfermedad.

El que te perdona con generosidad,
olvidando tu ofensa.

El que ve en ti un ser humano con alegrías,
esperanzas, debilidades y luchas...

Este es un amigo verdadero.

Si lo descubres, consérvalo como un gran tesoro.